Hoy es primero de enero del 2035, parece mentira que ya han pasados 15 años desde aquél significativo 2020 donde después de la pandemia global del virus COVID-19 millones de personas se han dado cuenta de que no valía la pena esperar que las medidas económicas de los estados les ayudasen a ser rico, simplemente a llegar a fin de mes o encontrar trabajo después de la crisis sanitaria que había impactado al globo entero.
Hagamos memoria
A finales del 2020 y principios del 2021, los gobiernos necesitaron imprimir muchisimo dinero, y es que claro, los confinamientos vividos habían acabado con la pequeña y mediana empresa y las personas creían que esto iba a solucionar sus problemas.
Millones de personas habían sido despedidas u obligadas a cerrar sus negocios creían que éstas ayudas las irían a recibir directamente, y mientras que en muchos países muchas personas si se vieron beneficiadas con pequeñas ayudas mensuales (sobre donde ya existían políticas de ayuda para desempleados), la expansión monetaria de la moneda fiat terminó sin poder mejorar la economía de nuestras sociedades, sino todo lo contrario.
El colapso del sistema
La gran mayoría de ese dinero recién creado terminó en manos de casas farmacéuticas cuando éstas han empezado a pasar factura de las medidas que han indicado, las pruebas, y sobre todo las vacunas contra el COVID que tanto lucharon los políticos para que llegasen “gratis” a sus ciudadanos, cuando en realidad esto significó que muchísimo más dinero fluyera a manos de “los de siempre” y se empezara ver un incremento de precios debido a la inflación en distintos países europeos y en EEUU que hasta entonces solo países latinoamericanos y africanos habían visto en sus vidas.
Curiosamente, fue gracias a ésta “tragedia” que las personas empezaron a preguntarse (cuando no lo habían hecho nunca), sobre ¿qué es el dinero complementario?, ¿qué son las criptomonedas y cual es su importancia en la economía personal?, y sobre todo ¿cuál era el verdadero valor de las criptomonedas? y ¿qué sentido tiene especular con ellas?.
El 2021 fue el año en que todo empezó a ser evidente para las grandes masas que las criptomonedas representaban el futuro de la economía y la libertad financiera estaba en ésta nueva tecnología que vendría a evolucionar la primera forma de coordinación humana: el dinero.
A pesar de que grandes naciones y corporaciones también lanzaron sus propias monedas bajo sus propias reglas, era evidente que los servicios no permisionados tenían todas las de ganar, por una simple y llana razón: ¡Eran más confiables!
Las grandes instituciones estaban pasando una gran crisis de confianza, después de haber salido a la luz negocios oscuros entre bancos y farmacéuticas…
Muy pocas personas se fiaban del dinero fiat. Las monedas de las grandes corporaciones como el Diem de facebook también fueron muy significativas en su momento, ya que ayudaron a que la adopción de nuevos tipos de dinero diera un salto muy grande en muy poco tiempo.
Sin embargo, la avaricia de éstas corporaciones en retener el beneficio obtenido de sus usuarios sin una justa re-distribuición, sumado a los problemas de violación a la privacidad hicieron que se abandonase esa moneda y las personas migrasen a otros tipos de oferta económica criptomonetaria donde si bien los protocolos seguían lucrandose de sus propios datos, se le proporcionaba a cada usuario un beneficio más que justo por el valor que se aportaba a la red.
Bitcoin es masivo
El bitcoin es hoy en día la principal moneda de coordinación global, ya ni tiene sentido hablar de cuanto cuesta un bitcoin, hace mucho que perdimos el USD y el EUR como sistema de unidad de cuenta, después del halving de 2028 hemos empezado a usar el satoshi como medida de valor standard ya que en términos de la economía productiva, bitcoin ha sido la moneda que ha aportado más estabilidad a poblaciones y ecosistemas público-privados que han aprovechado la súper-revalorización de bitcoin; incentivando economías circulares en torno a distintas comunidades.
El Salvador fue el primer país que logró una independencia total de la economía fiat gracias al ejemplo que fundó la iniciativa Bitcoin Beach en aquél lejano 2019.
Muchas CDBCs han tenido que cambiar sus políticas de emisión y han optado por ofrecer un respaldo en bitcoins y otras criptomonedas, así asegurarse la confianza de sus usuarios.
La banca cambió
Los bancos siguen existiendo, pero no tienen nada que ver con lo que eran antes del colapso. Ahora cada banco tiene su propia moneda, como mínimo una que suele también ofrecer respaldo que van variando a según de la oferta, algoritmos que automatizan la emisión y quema de monedas a según de la variación de cientos de parámetros en tiempo real.
Los bancos que creyeron que las viajas maneras tenían que permanecer, terminaron quebrados y ésta vez sin ninguna ayuda estatal posible, ya que también los estados tendrían que preocuparse de sus propios problemas en materia económica.
La vida realmente nos cambió a todos
Los trabajos tampoco son como los recordábamos antes, la robotización y la inteligencia artificial (IA) hizo primero que trabajos mecánicos y repetitivos se eliminasen, luego, también los puestos estratégicos en grandes corporaciones desaparecieron ya que vieron que también la inteligencia artificial haría un mejor trabajo tomando decisiones que no sólo maximizasen los beneficios de las empresas, sino fuese lo más justo en confronte de la humanidad y la ecología planetaria.
Los principales trabajos humanos al día de hoy son: la de Ingeniería en IA, la educación, las artes, la psicología económica, y por supuesto, en lo que trabaja ya más del 95% de la población, en alimentar los algoritmos de IA para la optimización de productos y servicios.
Navegar en internet es un trabajo, sembrar un árbol y dar prueba de ello, opinar en foros y chats, hasta jugar videojuegos. Toda actividad que genere beneficio tanto a la sociedad como a los algoritmos que la rigen se ha convertido en una actividad de provecho.
Son miles los protocolos que están premiando en tokens o criptomonedas los distintos comportamientos o tareas que las grandes DAOs que ahora gobiernan al mundo de una manera cuya justicia y equidad en sus mecanismos de generación y distribución del valor no hace otra cosa que ir mejorando día tras día.
¿Entonces somos ricos?
Me impresiona la verdad que hace apenas 15 años no podíamos ni imaginarnos todo lo que nos venía. A los no-coiners de aquél momento (como se les llamaba a quien solo operaba en moneda fiat) no les ha ido tan bien y claro, cuando aún tienes tu confianza en un sistema que ya estaba fallando y en vías al colapse total no había otra cosa que esperar.
Iniciativas como el GoodDollar fueron de una ayuda muy significativa y el mundo tiene hoy mucho que agradecerles, su diseño orientado en la inclusión y accesibilidad permitieron que, a partir del 2020, millones de persona tuviesen una renta universal.
Cada vez más y más usuarios valoraron poco a poco ésta moneda, sobre todo después de que se lanzase la GoodDAO a finales del 2021 cuando gracias a sofisticados mecanismos de diseño se lograron establecer los incentivos adecuados para garantizar el crecimiento de su propia economía.
Por supuesto, los programas de referidos, la participación de la comunidad como proveedores de liquidez en exchanges descentralizados y el listado de GoodDollar en los principales exchanges de principos de los años 20 ayudó mucho a que se levantara aquella economía y la gente empezase a notar los beneficios y a querer seguir participando en ella.
Por aquellos años, gracias al boom de DeFi años hubo muchos experimentos de donaciones sostenibles, es decir, mecanismos que ofrecían al donador de una serie de incentivos para poner su dinero al servicio de los demás.
Mientras había gente que seguía donando sus dineros como antiguamente funcionaban las asociaciones sin fines de lucro y demás ONGs, habían protocolos que ofrecían una tasa de interés u otros beneficios por la prestación de su capital mientras que permitían al “donador” tener acceso a su dinero cuando él lo disponiese.
Me acuerdo aún cuando al poco tiempo de GoodDollar, la gente aún no creía en eso, y resulta que hoy en día casi todas las causas sociales se mantienen gracias a mecanismos del estilo.
En los últimos 15 años, muchísimas personas se han hecho ricas porque han sabido, o tan tenido la suerte de tomar buenas decisiones en el momento justo, aunque para ello también hayan tenido que afrontar decisiones equivocadas.
Si bien la diferencia entre ricos y pobres sigue siendo de proporciones muy distantes entre sí, recordar que sólo un uno porcentaje de la población tuviese más del 80% en noticias como ésta, es igual a como en el 2020 nos recordábamos de que tuviésemos que esperar que nuestra madre colgase el teléfono cuando queríamos conectarnos a internet en los años 90 a pocos kbps que apenas nos permitía bajar una canción en tres cuartos de hora.
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